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Editorial – Junio 2020

La Comisión Directiva de la Sociedad de Cardiología de Rosario, realizó una encuesta por mail a 176 cardiólogos de la segunda circunscripción del Colegio de Médicos de la Provincia de Santa Fe, sobre temas inherentes a la profesión. La edad promedio de los encuestados fue de 45 años y el 57,4 % era de sexo masculino.

El 58,2 % tenía más de 10 años de antigüedad en el ejercicio profesional, y 52,3% más de 10 años desde la matriculación como cardiólogo.

Respecto a su sitio laboral y a las horas de trabajo semanal, el resultado fue:

¿Y cuál es la opinión acerca de los honorarios que cobran por su trabajo?

Para completar la información, conocemos que el 93,8 % de los encuestados no se siente representado por ninguna entidad médica o sindical, respecto a la defensa de sus honorarios y que el 89,2% consideró apropiado que la Sociedad de Cardiología de Rosario asuma dicha representación. El 3,4% no estuvo de acuerdo y con acuerdo parcial a dicha afirmación: 7,4 %.  Cabe acotar aquí que desde la reforma del Estatuto de la Sociedad de Cardiología, se la habilita, en su artículo 2, donde reza “promover la defensa de los intereses de sus asociados”, a cumplir tales funciones.  Esto no nos opone a nadie ni deseamos enfrentarnos a nadie: sólo queremos defendernos de los abusos sistemáticos que padecemos.

¿Por qué esta casi unánime opinión, de 99,4 % de los cardiólogos encuestados, que opinan que sus honorarios son bajos o muy bajos?

¿Será quizás por un ánimo desmedido de lucro? ¿O será porque el sistema de salud abona cifras realmente exiguas por las consultas médicas?

Las prepagas y las obras sociales pagan una consulta en un rango muy amplio, de hasta 5 veces. Pero si tomamos un valor medio de una consulta por prepaga, estamos hablando de 300 pesos y hay algunas que apenas arriman a 180 pesos. Y además, con una demora de entre 2 y 6 meses y con una actualización realmente vergonzosa, en un país con 50 % de inflación.

 Al valor pagado por el sistema por una consulta, deberemos restarle lo que cada uno aporta a Ospac, el alquiler del consultorio o el porcentaje retenido a cada orden, los gastos de traslado, los impuestos y el seguro de mala praxis. Al margen que un médico de vacaciones o enfermo, que no produce, debe pagar igualmente todos sus gastos.

Entonces, ¿qué hacemos, para salir de la queja neurótica e ir a acciones concretas?

Algunas ideas:

  1. Asumir un rol de defensa de los honorarios por parte de la Sociedad de Cardiología de Rosario.
  2. Publicar mensualmente los aranceles de obras sociales y prepagas, para subir a la página y a las redes sociales. Proponemos a nuestros afiliados que nos manden foto de las liquidaciones al mail: sociedaddecardiologiaderosario@gmail.com, indicando obra social o prepaga, aclarando el plan y el monto, obviando el nombre del paciente.
  3. Establecer un arancel ético y mínimo, para las consultas cardiológicas en el ámbito de la ciudad de Rosario, que anunciaremos luego del conocimiento de la realidad brindado por los asociados.

Dr. Diego Nannini
Presidente
Sociedad de Cardiología de Rosario
Editorial junio 2020